Antes de proceder a sanear una humedad, nuestro equipo técnico realiza un estudio previo para determinar su origen. Con este diagnóstico, proponemos a nuestro cliente la intervención idónea para solucionar definitivamente el problema.
Las causas más frecuentes de humedades son:

• INFILTRACIONES
Este tipo de humedad se origina cuando los cerramientos dejan de ser impermeables. Esto sucede cuando el agua llega al interior de la vivienda percolándose a través de los huecos, grietas, poros o fisuras causando malestar, deteriorando los acabados y favoreciendo la proliferación de hongos y bacterias.

• CONDENSACIONES
El aire que respiramos tiene la capacidad de contener agua en forma de vapor. La cantidad de vapor de agua que puede contener depende fundamentalmente de la temperatura a la que se encuentre, a mayor temperatura, mayor cantidad de vapor de agua. Si este aire se enfría, disminuye la capacidad de contener vapor de agua, con lo cual, todo el vapor de agua que exceda la capacidad límite se precipita en forma de agua.
Este fenómeno, conocido como condensación, es un problema en muchas viviendas de deficiente construcción que se ve agravado al poner la calefacción en invierno. Esto se produce al entrar el aire caliente del ambiente en contacto con un cerramiento frío que no es suficientemente transpirable. Por lo cual, no es capaz de disipar la sobrepresión de vapor y se alcanza la temperatura de rocío, produciéndose la inmediata precipitación del agua que el aire enfriado ya no es capaz de contener.

• REMONTE CAPILAR
El origen de este tipo de humedad es debido a la capilaridad que se produce en los cerramientos en contacto con el agua del suelo. Esta propiedad se observa fácilmente en nuestras sobremesas cuando introducimos lentamente un terrón de azúcar en nuestro café. Aquí podemos contemplar como el café asciende por el terrón de azúcar de la misma forma que lo hace el agua del suelo por nuestras paredes afectadas.